18 marzo 2012
Esto lo escribí hace un chingo.
Estoy sentada escuchando música en el escritorio que compartimos 3 personas, a veces 4. Volteo a mi alrededor y todos están tranquilos.
Algunos sonríen al escribir, otros tienen cara de estar analizando algo. ¿Y yo? La verdad no sé qué cara tenga, creo que tengo cara de angustía, me siento un poco mal a causa de mi enfermedad - no es nada alarmante, no se preocupen- una de esas gripes de invierno (o lo que queda de él)
En los últimos meses, me he dado cuenta que ya no hago cosas por gusto. O más bien, ya no sé qué me gusta. Últimamente me he dedicado a leer y; al finalizar, sólo reflexiono conmigo misma. En ocasiones, para no sentirme tan patética, me imagino que un lado de mi cerebro está discutiendo con el otro.
Nunca fui buena con los amigos imaginarios, los olvidaba muy rápido.
Creo que he perdido la habilidad ¿? de buscar cosas que me interesen, o mas bien he perdido esa cualidad que creo el ser humano le llama, capacidad de sorprenderse por algo.
Dejé de ser yo para ser una persona aburrida y sin sentido.
Tengo sueño, siento cómo el peso de mis párpados aumentan cada vez más y me es imposible continuar haciendo mi trabajo, incluso seguir escribiendo esto.
Mi mejor altrnativa para despertar, será salir a comprar un café muy cargado. En la oficina hay cafetera, pero el café que hacen aquí en realidad no sabe a nada,
Y fumar, sí, fumar.
Han pasado más de 10 minutos y sigo con esa misma sensación. Sueño, pestañear, bostezar. En verdad que traté de no ser la mala onda que se sale a comer sola, simplemente no tenía hambre.
Me sigue afectando, demasiado. No sé por qué. Comienzo a creer que lo que siento por ese hombre es una obsesión. Nada más.
No sé en qué momento de mi vida se me ocurrió hablarle de nuevo, si cuando lo dejé de hacer, todo era perfecto.
¿Es ese sentimiento de pertenencia el que más nos afecta? No me quiero volver loca, en verdad que no.
Lo peor es que cuando decidí que iba a dejar de hablarle, lo arruiné, lo eché todo a perder.
Pensé que extrañaba esas caricias y besos, pero no al final fue todo normal. No sentí nada
Me dejé llevar por esas pendejadas que como ser humano necesitamos.
Ya no quiero que eso sea una necesidad en mi vida, sólo me quita tiempo.
Pero a vulevo al primer punto, entonces ¿Para qué quiero tiempo?
¿Para regresar a ese círculo vicioso en dónde sólo hago las cosas porque se han vuelto una resposabilidad?
En fin, es hora de salir por café y un cigarro.
Por otra parte, he llegado a la drástica conclusión de que no es bueno tratar de conocer otros círculos si en realidad no te interesan, porque llegas a aburrirte de eso, y terminas olvidándo lo que alguna vez fuiste. Es difícil regresar al camino que te gustaba.
(Lo siento, no encontré otro título porque en verdad lo escribí hace un chingo)
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