14 enero 2013

New old me

Or something.

El año pasado, me quejaba infinitamente sobre mi desorden y recordaba aquella Belle Époque en donde todo era bonito y a tiempo. Guess what? Ya volví a mi organización.
Primero, tuve que llamar a mi hoarder patrol interno y tirar la mayorÍa de las cosas que sólo son bonitos detalles y que de vez en cuando te hacen sonreír. Pero, seamos sinceros, algunas de ellas sólo guardan polvo y según mi lado romántico siempre estarán en tu mente. En total fueron 2 bolsas de basura –Sí,  las negras de tamaño jumbo–.
Tengo que confesar que aun me falta ordenar algunos libros, esa sería la última etapa de orden.

Acepto que ya maduré (un poco) y nuevas responsbilidades vienen, mientras otras, se van.
Además de odiar los impuestos, se siente muy gratificante el momento en el que llenas tu recibo de honorarios, ves como las cosas que has hecho poco a poco han servido de mucho o poco, pero creo que lo estoy haciendo bien. Y el momento del pago, es lo mejor. Checar en línea o en el banco tu estado de cuenta y ver que ese dinero lo estás ganando tú, uffff. (Evitemos los temas capitalistas, monetarios, blablablah)

Eso es todo.


Ps. I missed my blog. I have fun reading it, even if it just me.

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